
Hace ya más de tres años que me casé, y os mentiría si os dijera que el proceso de soñar y vivir ese día no cambió mi perspectiva de cómo contar historias. Conocer bien todas las emociones que estáis sintiendo marcó sin duda un antes y un después en mi fotografía, y en cómo percibo ese día. Ahora de verdad, sí puedo decir y sentir que sé lo tremendamente importante y valioso que es cuidar ese recuerdo.
LA IMPORTANCIA DE CONGELAR EL TIEMPO
Y hace unos ocho años, perdí a mi padre. A mi pesar, apenas tengo recuerdos suyos. Él siempre estaba detrás de la cámara en verdad, podría decirse que fue el culpable de que hoy estéis aquí leyendo esto. Y a mí... me hacia feliz compartir eso con él. Pero esos recuerdos, los dos tras la cámara, su voz, su risa o la manera en la que arqueaba las cejas cuando algo le sorprendía, son recuerdos que están borrosos en mi memoria, y en la de todos. Nunca podré dejar de pensar, ojalá le hubiera retratado más.